Niños de 3 a 12 años

 

Niños de 3 a 12 años

Niños de 3 a 12 años

La alimentación constituye uno de los problemas más importantes con los que se enfrentan los adultos responsables de los niños en edad escolar. En esta etapa, la voluntad infantil lleva a los niños a elegir cosas en general –y alimentos en particular– según su percepción sensitiva: colores, sabores, textura, etc. Habitualmente los alimentos elegidos con este criterio no se corresponden con los más adecuados para el desarrollo infantil y sí con los más deficitarios en nutrientes y perjudiciales para la salud.

Esta situación de elección de alimentos poco nutritivos no conduce a una malnutrición más o menos severa. Habitualmente el problema clínico que aparece es el desarrollo de estados carenciales, sobre todo en micronutrientes. Esto se debe a que las fuentes alimentarias de estos nutrientes pertenecen al grupo de alimentos peor tratados por la población infantil: verduras, frutas frescas y pescados. Las deficiencias en vitamina D, ácido fólico y zinc son las más comunes entre los escolares de las sociedades industrializadas.

El objetivo de padres, educadores y demás responsables de los escolares es el bienestar del niño. En la consecución de este objetivo interviene de forma decisiva la buena práctica alimentaria. Una alimentación correcta durante la edad escolar va a permitir al niño crecer con salud y mantener sus exigencias escolares. Sin duda, un objetivo prioritario para padres y educadores. En estas páginas presentamos los principios básicos que deben regir su alimentación.

Por otra parte, cómo alimentar bien a los niños constituye a veces un problema y puede llenar de dudas a los que tienen que diseñar las dietas y los menús diarios. Para apoyar en esta tarea intentamos, a través de estas páginas, repasar aquellos puntos que es necesario conocer para elaborar una dieta adecuada para prácticamente cualquier niño en edad escolar.

Es importante tener en cuenta que alimentar adecuadamente es algo más que proveer de alimentos suficientes para el crecimiento del cuerpo. En una alimentación adecuada intervienen además de una buena selección de alimentos, la situación sociofamiliar, los hábitos y costumbres (alimentarios, religiosos, etc.), la educación, el nivel cultural, etc. A todo esto hay que añadir la adaptación al momento fisiológico del niño o posibles situaciones especiales como preoperatorios, tratamientos con antibióticos, veranos, períodos de mayor actividad física o psíquica, etc., que a veces hacen obligada la suplementación o modificación de la dieta habitual.

NECESIDADES DE NUTRIENTES

Las necesidades de la población infantil están condicionadas por el crecimiento del cuerpo y el desarrollo de los huesos, dientes, músculos, etc., así como por la necesidad de reservar para la pubertad.

Las necesidades energético proteicas son elevadas, en general más elevadas que las de los adultos. Es un grupo de población con alto riesgo de sufrir malnutrición cuando se mantienen dietas carenciales debido a sus escasas reservas, también son muy proclives a sufrir deshidratación y alteraciones digestivas, en general debido a la falta de hábitos higiénicos y nuevamente por las escasas reservas. Es de todos conocida la severidad con que la población infantil sufre los efectos de la falta de alimentos causada por guerras, situaciones de desastre social, socioeconómico, etc. y cómo se arrastran las secuelas durante toda la vida: deficiente desarrollo de huesos y músculos, o incluso deficiencias neurológicas.

La RDA son las normas básicas que se siguen para establecer raciones de alimentos adecuadas que aseguren el aporte necesario para el óptimo crecimiento y desarrollo físico y psicológico. Diferentes motivos pueden hacer necesaria la individualización de las recomendaciones.

Energía

La recomendación en energía se cuantifica a partir de las necesidades para cubrir el metabolismo basal, la tasa de crecimiento y la actividad física. Se recomienda que la energía proceda en un 50%-60% de hidratos de carbono, en un 25%-35% de grasa y entre un 10% y un 15% de proteínas.

Proteínas

Es importante saber que las deficiencias proteicas no son frecuentes en las sociedades industrializadas, probablemente debido al énfasis que se hace en el consumo de alimentos ricos en estos nutrientes. En general, sólo sufren riesgos de deficiencias proteicas aquellos individuos sometidos a restricción estricta, como los niños vegetarianos, o los que sufren limitación de algún alimento en la dieta por diferentes patologías.

RECOMENDACIONES PARA ENERGÍA Y PROTEÍNAS

Edad en años

Kcal./día

gr/día

1-3

1300

16

4-6

1800

24

7-10

2000

28

 

Minerales y vitaminas

Al igual que los macronutrientes, son estrictamente necesarios para el desarrollo y el crecimiento infantil. Son muy graves para la salud infantil, las deficiencias y alteraciones que puede provocar una ingesta inadecuada de los mismos:

  • HIERRO: el periodo de 1 a 3 años es el más crítico para sufrir deficiencias. Hay un rápido aumento de la masa sanguínea y de la concentración de hierro. Por ello los alimentos deben ser ricos en hierro, pero en una forma susceptible de ser absorbida por parte del intestino.
  • CALCIO: Es necesaria una adecuada mineralización para que el crecimiento óseo sea óptimo. Las necesidades están marcadas por la absorción individual y por la concentración de vitamina D y fósforo que condicionarán su absorción. La leche es el alimento que constituye la principal fuente de calcio, por ello se convierte en un alimento imprescindible, su limitación o exclusión de la dieta puede comportar riesgos importantes.
  • VITAMINA D: Necesaria para la absorción de calcio, ya que es imprescindible para que se lleve a cabo la deposición en los huesos. Se debe asegurar un aporte de 10 microgramos/día cuando sea necesario por vía farmacológica.
  • ZINC: Es esencial para el crecimiento. Su deficiencia produce falta de crecimiento, disminución del apetito, etc. Es necesario asegurar un aporte de 10mg/día. La mejor fuente son las carnes y los pescados, aunque estos últimos no suelen ser bien aceptados por los niños. En poblaciones marginales, y en situaciones sociales en las que priman las dietas según los caprichos infantiles, se han detectados deficiencias. Cuando se sospeche de una situación de deficiencia, se debe comprobar mediante la analítica adecuada y, si es necesario, utilizar suplementos farmacológicos.

SELECCIÓN DE ALIMENTOS

La selección de alimentos se debe hacer con el objetivo de conseguir lo mejor para la salud y bienestar del niño.

Como siempre, la primera recomendación es elegir los alimentos para asegurar una dieta equilibrada.

El equilibrio de una dieta se consigue desde dos niveles: cualitativo y cuantitativo, por lo que la selección de alimentos también debe tener carácter cuantitativo y cualitativo.

Selección cuantitativa

Es necesario ayudarse de tablas de composición de alimentos:

En las tablas se suele expresar la cantidad de energía y nutrientes contenida en 100 g de alimento. Pero los niños no comen 100 g de esto o de lo otro, sino que es necesario aportar unas cantidades acordes con su edad, raciones, que aseguren el aporte que se establece en las recomendaciones dietéticas. Es decir, teniendo en cuenta las cantidades recomendadas. En el apartado anterior, hay que calcular qué cantidad de alimento las contiene.

Ejemplo: Si para un niño de 4-6 años se deben aportar en la dieta diaria 800 mg de calcio, y 100 g (ml) de leche de vaca contienen 125 g de calcio, la relación que tenemos que conseguir es:

Nutrición en niños de 3 a 12 años

 

Es decir, son necesarios 640 g de leche o 640 ml, algo más de medio litro diario.

Así se debe hacer con todos los alimentos que se seleccionen para formar parte de la dieta de forma que aseguramos el aporte adecuado y nos orientamos acerca de la cantidad. Pero sería muy pesado hacer todas estas cuentas cada vez que se va a servir un plato de comida al niño, y quedaría un poco raro llevar en la mano, además del cazo de servir, un peso en el que medir la cantidad de alimento que se ha de echar en el plato.

Para evitar obsesionarse con los cálculos, se suele recomendar el establecimiento de una selección cualitativa que se basa en el aporte de raciones adecuadas.

Selección cualitativa

Seleccionar cualitativamente supone elegir los alimentos en las porciones adecuadas a cada comida, en número de veces suficiente para conseguir un aporte completo y de forma que estén representados todos los grupos de alimentos. Las raciones dietéticas aseguran la adecuada representación de todos los alimentos básicos, evitando los superfluos. Una ración es la cantidad o porción adecuada a “un plato normal” de comida. A veces son varias unidades de un alimento las que forman una ración.

Para que una dieta sea equilibrada cualitativamente, deben formar parte de ella todos los grupos de alimentos: energéticos, plásticos o constructores y reguladores o protectores (ver composición de los alimentos).

 

RELACIÓN ENTRE EQUILIBRIO NUTRICIONAL Y PRÁCTICA ALIMENTARIA COTIDIANA

(para cada grupo de alimentos)

Alimentos energéticos

Aportan

Grasas (aceites y mantecas) Lípidos
Frutos secos grasos (avellanas, cacahuetes. Lípidos
Cereales (arroz, pasta, pan) Hidratos de carbono complejos y vitamina b
Legumbres (garbanzos, judías, lentejas) Hidratos de carbono complejos y vitamina b
Azúcar, miel, chocolate, dulces Hidratos de carbono solubles

Alimentos plásticos o constructores

Aportan

Leche, yogurt y quesos Proteínas animales, calcio
Carnes, pescados y huevos Proteínas animales, calcio
Legumbres, fruta, grasa y cereales Proteínas vegetales
Frutos secos Calcio
Huevos, vísceras, legumbres Hierro

Alimentos reguladores o protectores

Aportan

Verdura y frutas frescas Vitamina C
Huevos, leche, quesos y mantequilla Vitamina A y carotenos
Frutas (coloreadas) Magnesio
Hígado, mantequilla Vitamina D

 

Comedores escolares

Debemos saber que el menú del «comedor escolar» debe aportar entre un 30% y un 35% de las necesidades energéticas diarias y debe ajustarse a las necesidades de micronutrientes esenciales.

La estructura básica debe corresponder a:

Primer plato

Segundo plato

Postre

Pasta o arroz Carne Lácteo
Legumbre + verdura Pescado y/o
Verdura + patatas Huevos + ensalada o verdura Fruta*

* En algunos niños la fruta no se tolera bien de postre y produce gases y pesadez.

Hay que saber que los menús en los que se ofrece la posibilidad de elegir, la oferta debe estar coordinada para que la elección se ajuste siempre a la estructura básica. En estos casos, la educación nutricional de los escolares debe ser suficiente para que se corresponda con una buena selección.

Recomendaciones para padres y usuarios de comedores escolares

I. Conocer los alimentos que componen el menú, lo que permitirá hacer un menú compensador para la cena.

II. El desayuno es una comida indispensable. Debe ser lo más equilibrado posible en composición y en cantidad, no deben faltar los alimentos lácteos, frutas y cereales. Aporta un 25% de la energía del día y debe ser suficiente para cubrir toda una mañana de trabajo.

III. La merienda se debe aprovechar para incluir fruta y lácteos.

IV. La cena es una comida de esquema similar al almuerzo pero con cantidades reducidas, sin olvidar el aporte lácteo.

V. La alimentación debe ser variada.

VI. Se deben utilizar lo menos posible los dulces y la bollería industrial. Se debe elegir que en el menú del comedor se mantenga el postre lácteo y/o la fruta fresca.

VII. En cuanto a la fibra, se debe cuidar que se cumpla el aporte de verduras, cereales y pan integrales

VIII. Prohibición estricta del alcohol.

IX. Se deben evitar salsas y fritos.

X. Se debe promover la educación nutricional desde todos los estamentos.

Además de estas recomendaciones, los padres se deben ocupar de que se cumplan:

  1. Cantidades mínimas por plato y según la edad.
  2. Textura y forma de presentación.
  3. Aportes grasos (deben ser de origen vegetal).
  4. Está prohibido el uso de mayonesas, cremas y productos de bollería.
  5. Se debe utilizar huevo pasteurizado y carnes magras.
  6. Cuidados en el transporte de los alimentos, temperatura, etc.
  7. Notificar los cambios en el menú y guardar una muestra, adecuadamente refrigerada, de los platos servidos, durante tres días.

Se debe hacer entrega a los alumnos de una guía de menús mensual.

Por último, se debe insistir en que el comedor escolar puede y debe ser un marco en el que día a día los niños adquieran unos mejores hábitos alimentarios y comprendan las normas para la buena práctica alimentaria durante toda la vida.

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