Vida Sana

Tus hábitos alimentarios serán sus hábitos alimentarios

hábitos alimentarios

Los hábitos alimentarios

La alimentación infantil es fundamental para el crecimiento y desarrollo de nuestros hijos, enseñando unos hábitos alimentarios correctos que adopten los niños a partir de la adolescencia, evitando problemas de salud en el futuro como la obesidad, hipertensión o arteroesclerosis entre otras. Estos hábitos alimentarios serán cambiantes hasta su adolescencia, debido a que las necesidades son cambiantes dependiendo de la edad.

En la alimentación infantil hay factores que influyen en su calidad como son la frecuencia de las comidas, la cantidad ingerida en cada plato, y los alimentos que la componen. Enseñarles hábitos alimentarios y costumbres sanas desde el pequeños es fundamental y más sencillo que hacerlo durante la adolescencia, para tener una alimentación sana en la edad adulta.

Los padres como ejemplo a seguir
Para los niños los padres son el patrón al que imitar, de modo que nuestra actitud positiva o negativa ante alimentos como la verdura o el pescado serán fundamentales para la aceptación que tengan nuestros hijos sobre ellos, de modo que una actitud nuestra positiva, afectará de forma positiva en la alimentación infantil de nuestros hijos.

Llévatele de compras

Es importante que los niños vean en el supermercado aquellos productos que más tarde van a ver en el plato. La familiarización con los colores, sabores y olores de productos, les generará mayor confianza. Evita que elijan productos como bollería industrial a la hora de hacer la compra, intenta que siempre vean con mejores ojos lo alimentos sanos.

Hazle partícipe de las elecciones
Si tienen diferentes opciones que elegir a la hora de comer, y ellos pueden decidir qué es lo que quieren comer, comerán mejor. Asegúrate que las diferentes opciones son igual de sanas y equilibradas.

Establece horarios

En los lactantes, será el propio bebé quien demande la comida y tenga sus horarios. Se recomienda potenciar la alimentación a demanda, tanto en el niño alimentado al pecho como en el que lo hace mediante biberón. Cuando el niño crece y comienza a comer con los demás miembros de la familia, deberá empezar a tener unos hábitos horarios que le ayuden a aprender rutinas. Se deben evitar los horarios estrictos y tolerar algunos tentempiés sanos entre comidas. Es importante no imponer determinados patrones alimentarios muy estrictos ni coercitivos, ni prohibir radicalmente la llamada comida basura, ya que se puede obtener el resultado contrario al esperado.

Comed siempre que sea posible juntos

La comida es un acto social, y como tal, el niño debe participar activamente en él junto con el resto de la familia. De modo que podrá adoptar de forma más efectiva una dieta sana y evitar trastornos alimentarios.
Comer en familia implica aceptar un horario que día a día se repite, así como consumir los mismos alimentos que el resto de los miembros, adoptando una actitud positiva hacia la comida.

No discutas ni uses la comida como una recompensa o un castigo. La paciencia debe ser tu mejor arma.

Si tu hijo es mal comedor, siempre puedes invitar a amiguos suyos que sean buenos comedores.

Beber agua

Durante las comidas beber agua ayuda a hacer la digestión, a la vez que es un elemento termorregulador del cuerpo, ayuda a eliminar toxinas, etc. Las necesidades de agua van cambiando con la edad que tienen los niños, entre siete meses y un año necesitarán alrededor de 0,8 litros diarios de agua, contando tanto la leche materna o de fórmula como de los alimentos ingeridos y bebidas complementarias (zumos y agua). Entre el año de edad y los tres años, requerirán diariamente un total de 1,3l, de los cuales se recomienda que  0,9l (cuatro vasos de agua) sean de agua. Los que tienen entre 4 y 8 años necesitarán algo más (1,4 litros, de los cuales 1,2 litros o cinco vasos serán de agua).

Evita las luchas

En ocasiones hay niños que comen muy despacio, no te preocupes ni te desesperes. Planifica las horas de la comida con tiempo suficiente, para que tenga su propio ritmo y disfrute de la comida en tu compañía.

No le obligues a comérselo todo

Cuando son bebés comen cuando tiene hambre, pero conforme van creciendo, comer depende de otros factores. Se suele sobre estimar la cantidad que deben comer los pequeños especialmente cuando han cumplido ya el primer año de vida. Ponle en el plato la cantidad que suela tomar, es preferible que si tiene hambre pida más, a que se enfrente a un plato lleno de comida que no podrá acabar.

No tires la toalla

El rechazo de hoy, puede ser la aceptación de mañana, de modo que si tu hijo hoy no quiere comer algo en concreto, inténtalo unos días más tarde. Los gustos de los niños se va desarrollando con el consumo de los alimentos, de modo que si consume muchas verduras y pescados, en la edad adulta le gustará consumirlo. A veces el rechazo viene por el desconocimiento del niño del alimento, de modo que se debe insistir, sin presiones ni amenazas, y siempre en un ambiente tranquilo y distendido, puede que se necesiten muchas tomas, hasta que el niño acepte un alimento.

La importancia de la originalidad

Se deben acostumbrar a probar una gran variedad de alimentos que les ayudará a seguir una dieta equilibrada. Recuerda que cuando comienzan a introducirse los sólidos en su alimentación no importa tanto la cantidad como la variedad de la misma.

Algunos datos de la OMS

•En los últimos cuarenta años se ha perdido el patrón de adhesión a la dieta mediterránea. España ha descendido del puesto 13 al 21, con una tendencia particularmente acentuada en la población infantil.

•En el tema de nuevos hábitos alimentarios en la dieta mediterránea originados por cambios sociológicos como la incorporación de la mujer al mercado laboral, el incremento de comidas fuera del hogar y de comidas pre-cocinadas o las compras de alimentos en Internet, entre otras variables.

•En 2010 se estima que entre un 50-60% de la población sufrirá sobrepeso.

•El 60% de las muertes del mundo están provocadas por enfermedades no contagiosas. Los principales factores de riesgo de las enfermedades no contagiosas están estrechamente relacionados con la dieta y la actividad física. Sobrepeso y obesidad, diabetes, problemas cardiovasculares, cáncer, problemas bucodentales y osteoporosis, son algunas de las enfermedades vinculadas a una alimentación no adecuada.

•Entre los riesgos asociados a las enfermedades que causaron muertes en el mundo durante 2009 y que están relacionadas significativamente con la alimentación figuran la presión sanguínea, la malnutrición, el colesterol, la deficiencia de ingesta de frutas y verduras, el alto índice de masa corporal y la falta de actividad física, entre otras.

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