Qué son las infusiones
Las infusiones, o también conocidas como tisanas, preparados de determinadas hierbas con agua, el algunos casos, con agua hervida, y en otros con agua más templada. De este modo las propiedades de estas hierbas son tomadas por el agua. No son ninguna novedad, ya desde tiempos antiguos se usaban y se conocían sus propiedades medicinales.
Son muchos los padres que pretendiendo dar a sus hijos lo más sano, les ofrecen infusiones, puesto que al ser naturales creen que no tienen ningún tipo de peligro, pero sí, peligros existen, y por eso no se deben dar ni a bebés, ni a niños, ya estén enfermos o sanos, a pesar que a veces se hable de las infusiones para dormir o infusiones para los gases.
A continuación te explicamos los peligros que esconden las infusiones para los bebés y niños.
1. Las dosis no están calculadas
Cuando se toma cualquier medicación hay que calcular las dosis, puesto que de lo contrario se pueden producir intoxicaciones. Cuando hablamos de medicar, no es lo mismo hacerlo a un adulto que a un bebé, pues este último es más vulnerable debido a que está desarrollándose, además debido a su menor tamaño, las dosis deben ser menores.
Si hablamos de las infusiones, no hay que olvidar que la mayoría de ellas contienen principios activos, por lo que pueden provocar intoxicaciones dependiendo de las cantidades que se tomen.
Cuando compramos infusiones, normalmente estas vienen envasadas en bolsas, donde las cantidades y las mezclas de diferentes hierbas puede que no están especificadas, de modo que diferentes empresas que comercialicen infusiones pueden vender bolsitas con diferentes cantidades.
2. Falta de información sobre su seguridad
Antes de lanzar un nuevo medicamento al mercado pasan muchos años de pruebas en otras personas para comprobar los efectos secundarios que pudieran tener, y otras características. Obviamente estas pruebas no se hacen con bebés.
De la misma manera, las infusiones, sus mezclas y sus cantidades (como hemos comentado anteriormente varían según fabricante y muchos tienen principios activos farmacológicos) no son estándares, así que no hay ningún tipo de seguridad sobre el efecto que pudieran tener las infusiones sobre la salud de bebés y niños.
3. Pueden llegar a ser tóxicas
Infusiones como el anís verde, anís estrellado, hinojo, nuez moscada, amapola, vienen de plantas que contienen productos que pueden resultar tóxicos si se toman en ciertas cantidades y durante un periodo de tiempo determinado.
En el caso del anís estrellado, y su principio activo, el anetol (depresor neurológico) según la dosis que se consuma produce desde somnolencia, hasta convulsiones y en algunos casos llegar a un estado de coma. Son muchos los casos de niños que han sufrido intoxicaciones.
4. No tienen ningún valor alimenticio
Las infusiones carecen de valores nutricionales, de modo que no están sustituyendo a ningún alimento. Pero sin embargo si se ofrecen a bebés o niños, tan sólo estaremos llenando el estómago de líquidos, y en el caso de los bebés, al hacer eso, estaremos evitando que reciban su toma de leche que es lo que realmente le va a alimentar.
5. Exceso de azúcar
Existen empresas que comercializan infusiones para bebés controlando la dosis, pero suelen estar preparadas con muchos azúcares, de modo que por un lado pueden ser beneficiosas para la digestión o la conciliación del sueño, pero por otro lado estamos aumentando de una manera muy importante el riesgo de obesidad y caries, además de predisponiendo a los bebés a la adición al dulce. Te animamos a que visites el siguiente artículo, Adicción al dulce en niños, cómo superarla.
Normalmente la composición de estas infusiones es de alrededor del 92% dextrosa, básicamente azúcar.