Enfermedades

Mi hijo come mucho con ansiedad

come con ansiedad

Hay niños/as que comen mucho y además con una ansiedad más propia de adultos que de niños. Niños/as que buscan de forma continua comida, y más comida, parece que no terminan nunca de verse satisfecha su ansiedad.

Esto es una señal de algo más emocional, ya que subyace algún problema, preocupación, estrés, tristeza o ansiedad, y la manera que tienen de manejar esa ansiedad es comiendo.

mi hijo come mucho con ansiedad

¿Cuáles son algunos de los síntomas de la ansiedad?

Los niños/as que sufren ansiedad y lo catalizan con la comida tienen algunos comportamientos que pueden ayudar a los padres a entender que hay un problema más allá de las cantidades de alimentos que ingieren.

Algunos de estos comportamientos son, cuando comen muy rápido su plato de comida y quieren más, comen de forma compulsiva, y aún habiendo comido mucho, parecen ¨no tener fondo¨. Comen cantidades como las que comen los adultos.

¿Qué pueden hacer los padres?

No es fácil tomar decisiones correctas, pues aunque parezcan las más indicadas, pueden acabar siendo contraproducentes.

Algo que tienen que tener los padres presente es que no se trata de un problema de peso o de cantidades de comida, si no de una conducta emocional.

La relación entre los niños y los alimentos va más allá de la simple alimentación ya que desde que son bebés lactantes la comida es un símbolo de protección por parte de la madre, y además genera un importante vínculo con ella emocional. Esta relación con la comida y el estado emocional de los niños se puede ver alterada si se intenta controlar los alimentos que comen de una forma autoritaria. Esto les puede llevar a generar aún más ansiedad.

La baja autoestima, si ha desarrollado sobrepeso, su imagen y la comparación con la imagen de los compañeros, además de la crueldad que estos puedan ejercer sobre el niño/a generan un estrés muy importante que se va acumulando, y hacen verse a ellos mismos en un futuro pesimista. Los padres y los familiares deben entender que recordarle de forma continua que tienen sobre peso o están ¨gordito¨ no es la mejor manera para reconfortarles. Hay que enfocar el problema sobre la salud, cambios de alimentación saludables pero nunca sobre el sobrepeso.

Estigmatizar la comida tampoco le va ayudar, puesto que le generará un sentimiento de culpa que ahondará en su estado emocional. No se deben etiquetar a la comida como ¨guarradas¨, ¨comida basura¨, ¨gordeces¨, etc, ya que precisamente etiquetar así a a la comida puede incitar más su consumo y posteriormente, como se ha dicho anteriormente, generar un sentimiento de culpa.

Algunas recomendaciones para mejorar la alimentación

En casa se debería limitar el consumo a alimentos sanos, bajos en calorías, nutritivos, y no tener ninguno de aquellos considerados muy calóricos y que son más apetecibles.
Esto no quiere decir que si en un momento dado el niño/a quiere comer un alimentos que contenga muchas calorías y sea de los denominados como chucherías o comida basura, se lo tengamos que negar. Se lo podemos dar, pero no debemos hacer ningún comentario negativo al mismo.

Se puede tener de vez en cuando dulces u otro tipo de alimentos que el niño pueda demandar, pero es mejor que no siempre haya en casa. En cualquier caso, es mejor que se vaya acostumbrando a que la frecuencia en que come ese tipo de alimentos sea cada vez mayor.

¿En qué deben trabajar los padres para paliar la ansiedad?

Hay que saber diferenciar entre hambre, apetito y saciedad, el primero se referiere a la necesidad de alimentarse para poder tener la energía necesaria, el apetito se corresponde con el placer de comer y por último la saciedad es el momento en el que se han satisfecho tanto el apetito como el hambre.

Esta es una forma natural que tiene el organismo de autorregulación, y cuando estos reguladores funcionan el desarrollo de los niños/as saludable está asegurado.

El problema viene cuando la ansiedad desestabiliza esta autorregulación, es en ese momento cuando debemos enseñarles de nuevo cómo regularse de forma natural.

Para que el niño/a entienda qué le sucede, es muy importante que con sus propia palabras explique qué le pasa o qué siente antes de comer, y cómo se siente después de comer.

Una vez que hayamos entendido lo que siente el niño, debemos ayudarle a que empiece a comer menores cantidades y nos vaya explicando cómo se va sintiendo, comiendo comida saludable, y que no llegue a sentirse completamente lleno, no se trata de que el niño pase hambre, si no que no llegue al empacho.

Para que los niños normalicen la comida y se autorregulen, también deben tener unas rutinas saludables marcadas y un orden, esto significa tener un horario marcado de las comidas, preferiblemente desayuno, comida y cena y dos comidas de poca cantidad, merienda y almuerzo, que ayudarán al niño a regular el hambre, y no llegar a la hora de la comida o cena con gran ansiedad.

El momento de la comida es muy importante, se trata de una oportunidad para conversar con el niño/a, hacerlos sentir bien y con confianza propia para afianzar su personalidad y la relación padres/hijos.

Si se ha llegado a un punto en el que no se ve capaz de ayudar a su hijo, acuda a un médico que le ayudará y aconsejará como afrontar esta situación.

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