Vida Sana

Los fritos en las comidas de nuestros hijos

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¿Qué sabemos de los fritos?

Los aceites vegetales cuando los usamos como  condimentos o aliños son muy saludables y necesarios tanto para la alimentación infantil como para la de los adultos, pero cuando se calientan a altas temperaturas  se modifican sus características, convirtiéndose en otra forma de grasa, la conocida como grasa saturada, que hace que el colesterol aumente al ubicarse en las arterias e incrementa el riesgo en enfermedades cardíacas.

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Los aceites vegetales más comunes son el de oliva, girasol, soja, maíz o germen de trigo. Todos ellos pueden llegar a reducir los niveles de colesterol en sangre,  tienen un efecto anti-arteriosclerosis y además contienen principios activos que sirven para tratar una gran cantidad de enfermedades, que van desde el síndrome del intestino irritable hasta las enfermedades hepáticas crónicas.

Los aceites vegetales nos proporcionan sustancias que necesitamos pero nuestro cuerpo no produce, como los ácidos grasos esenciales, importantes para nuestro sistema nervioso, vitamina E, esta vitamina, nos la proporciona en gran medida el aceite de oliva. La vitamina E es un antioxidante, que nos protege del envejecimiento celular y activa nuestro sistema inmune.

Para que estos aceites mantengan sus propiedades, es importante tomarlos sin cocinar, ya que según los vamos calentando  las grasas saludables se transforman en grasas trans (poco o nada saludables que elevan el riesgo de enfermedades del corazón y que taponan las arterias).

Al quemar el aceite, lo alteramos y pasa a contener sustancias toxicas para el organismo.

En ocasiones, después de comer fritos sentimos que la digestión es mucho más lenta y pesada que cuando comemos otros alimentos cocinados de diferente manera, ya sea cocidos o al horno.

¿Se pueden comer fritos de manera saludable?

Es importante recordar el gran aporte calórico de los alimentos fritos, por lo que nunca se debe abusar de su ingesta, como mucho un par de veces a la semana, más veces no se aconseja ni para la alimentación infantil ni para los adultos.

Si queremos comer fritos, hay algunos consejos que no debemos olvidar, para hacer de esta comida algo más saludable.

  1. Freír los alimentos en gran cantidad de aceite, para evitar que este se queme y produzca sustancias tóxicas.
  2. Evitar que el alimento que estamos friendo llegue a humear en el aceite.
  3. Se aconseja que el aceite usado sea de oliva, siendo esta la mejor opción, también se aconseja el de girasol.
  4. No mezclar tipos de aceites, ya que el comportamiento de cada varía y se queman a diferentes temperaturas.
  5. Intentar no reutilizar nunca el aceite de las frituras.
  6. No uses nunca manteca o margarina, ya que se queman más rápido y producen toxinas.

¿Fritos pre-cocinados o caseros?

Podemos preparar a nuestros hijos fritos ya pre-cocinados que nada más necesiten una fritura o aquellos que nosotros elaboramos en casa para nuestros hijos. Los primeros evidentemente no son tan saludables aunque pretendan aparentarlo. Los que llevan una capa de rebozado como las varitas de pescado, aros de calamar, etc, debemos prestar atención a las diferentes marcas, ya que hay grandes diferencias, tanto en el precio como en sus ingredientes que influirán positiva o negativamente en la dieta y alimentación de nuestros hijos. Muchos de estos tienen demasiada cantidad de rebozado, por lo que debemos leer la etiqueta y recordar de que los ingredientes se muestran en orden decreciente a su peso.

En las croquetas hay grandes diferencias tanto si hablamos de la calidad como de la cantidad de los ingredientes. En muchos casos, el ingrediente principal de la croqueta, jamón, pollo o pesado, aparece en cantidades ínfimas por lo que apenas si se aprecia al comerlo. En cuanto a las grasas utilizadas en su elaboración, es importante evitar aquellas que contengan «aceites vegetales parcialmente hidrogenados», es decir, las tan prejudiciales grasas trans, que repercuten negativamente en nuestra salud cardiovascular, pudiendo acarrear en un fututo problemas de obesidad y cardíacos a nuestros hijos.

Por todo esto podemos tener en cuenta que muchos de los alimentos que compramos precocinados o que nosotros mismos elaboramos, es posible cocinarlos al horno en vez de fritos, de esta manera reducimos la cantidad de grasas en la comida, y mejoramos nuestro estado de salud y el de nuestros hijos. En el apartado de recetas para niños, tenéis un ejemplo de empanadillas de atún al horno.

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